Amores de Internet
Internet ha revolucionado la forma en que nos relacionamos, permitiendo conexiones instantáneas y globales con solo un clic.
Cada vez es más común mediante una serie de instrucciones relativamente fáciles tener acceso al mundo del Internet. Acceder a una gran posibilidad de opciones disponibles con un simple click, van desde las compras del super, libros, aparatos para hacer ejercicio, libros electrónicos hasta las páginas para conseguir “amigos o la pareja ideal”.
Internet ha globalizado las relaciones humanas, rompiendo los estilos de acercarse a los demás, sobretodo en las grandes ciudades, donde la interacción es ajena y difícil. Señalo aquí una paradoja de nuestros tiempos, mientras hay más personas reunidas en una comunidad, menos gente se conoce entre si. Habitamos el mundo del contacto, pero desconocemos a todos, los extraños nos producen temor, no hay más solidaridad con el hermano, el par el humano.
La necesidad de amar y ser amados
Como seres humanos todos tenemos la necesidad de amar y ser amados, y esta necesidad, nos hace probar todos aquellos caminos disponibles para encontrar a la media naranja.
Asimismo, la importancia de la atracción entre las personas es, probablemente, uno de los aspectos más relevantes de la interacción social, que opera en muchas de nuestras relaciones interpersonales, regulándolas y dotándolas de sentido (Sangrador, 1982).
El Internet es una posibilidad tecnológica disponible para conquistar a una ciberprincesa o ciberpríncipe azul. Los sitios especializados ofrecen socializar de forma electrónica en foros especializados (amor, deportes, sala internacional, la piscina, etc), en donde las personas acuden con el propósito abierto de seducir a alguien o encontrar a un amigo virtual.
¿Qué hay detrás de quien busca el amor en Internet?
Son múltiples los motivos que llevan a una persona a buscar pareja en la red, solo por enumerar unos cuantos tenemos: mostrar poca habilidad en las relaciones cara a cara para interactuar, tener una relación de pareja conflictiva, sentirse solo, haber terminado un relación anterior, sufrir de timidez, estar desempleado, tener relaciones conflictivas, no sentirse comprendido por su actual pareja, tener alguna patología que no le permite a la persona socializar con otras personas, ser un adicto u obsesivo con el uso de la red, por simple diversión, pensar establecerse con una persona como proyecto de vida, abusar de otros mediante el recurso del engaño y la mentira, solo por mencionar algunos.
¿Cómo se dan las relaciones amorosas por Internet?
Hablar con alguien del otro lado de la red, tiene una serie de pasos que tarde o temprano pueden darse:
- Se establece un primer contacto generalmente mediante un foro de discusión o un Chat.
- Se intercambian comentarios generales.
- Cuando aparentemente se coinciden en puntos de vista sobre algún tópico, se hace la invitación a esa persona para compartir de forma personal, proporcionando un correo electrónico.
- Se pasa del cambio de información general a cuestiones más específicas o temas globales más específicos.
- Los correos si son percibidos de buena voluntad o sinceros, pueden pasar a la fase de volverse en comentarios más íntimos de apoyo, comprensión o seducción disfrazada o indirecta.
- Pueden empezar los intercambios de fotos o teléfonos celulares.
- La siguiente fase podría ser ya el encuentro presencial.
- Si el encuentro cubre las expectativas de ambos cibernautas, la relación puede continuar hacia delante llegando al noviazgo y en pocos, muy pocos casos, llegar hasta el matrimonio.
Vale la pena señalar que aunque estas fases se pueden presentar en esa secuencia, también hay quien decide brincarse muchas de ellas y propiciar un encuentro cara a cara, después de chatear cinco minutos.
La fantasía de conocer al otro
Cuando una pareja detrás de una computadora empieza a compartir información con un amigo o compañero potencial, se da un fenómeno muy interesante, mediante el cual se crea una ilusión de ser comprendido por alguien que no se conoce, pues se empiezan a compartir problemas que compartiríamos con una persona solo si ya la conociéramos de tiempo y le tuviéramos cierta confianza. Esto sucede, debido a lo fugaz que podría ser el comentar a alguien que no me conoce mis fantasías o problemas de fondo.
Esta percepción de conocer al otro le llamo, conocerse de adentro para afuera, es decir, primero se conocen las cosas más íntimas y posteriormente a la persona en un plano: cara a cara.
Por el contrario, en una relación presencial, de afuera para adentro, primero se conoce físicamente a la persona y si somos capaces de mantener cierto grado de amistad, entonces puedo ser capaz de comentarle mis pensamientos más íntimos.
Una persona puede tener la fantasía de “estar enamorado” de alguien sin siquiera conocerlo, pues esta ilusión aparente hace suponer a quien esta del otro lado de la red, que es comprendido en lo más profundo de su ser por alguien que nunca en su vida ha visto.
Internet y los nuevos tipos de relación
En la red sin embargo, hacer relaciones con todos es sencillo, y hacer relaciones de amor, también. Hay como una natural disposición para aceptar el flirteo o desarrollar al seductor o seductora que todos llevamos dentro. El sentimiento se desarrolla con enorme facilidad porque no existe la intrusión del cuerpo, del gesto de la palabra, que muchas veces crean distancia. El ligue es casi inmediato, hay un reconocimiento de que ambos se son “necesarios” y “complementarios”. El ciberespacio como alternativa de conocer es mejor (si se es honesto). No existen para las personas los temores de ser invadida, presionada, asaltada, estafada, con tanta facilidad como la da el mundo real. En este espacio virtual abierto a las relaciones humanas cada uno construye la imagen de lo que le gustaría ser y no describe lo que realmente es.
Este espejo deformado ayuda para que la pareja potencial, al otro lado de la red, sueñe con haber encontrado algo cercano al ideal de pareja. Esta situación es engañosa, porque no se puede pasar de la relación virtual a la real sin evidenciar la realidad de cada uno. Allí empieza a desarmarse todo lo construido, aunque no es la norma, es lo más frecuente.
La ciberinfidelidad
Las aventuras amorosas por Internet, se están convirtiendo en una de las maneras más frecuentes de infidelidad. Millones de personas se arrojan a navegar en el espacio virtual cada día para relacionarse con otras, se considera que la mayoría busca en la red nuevas experiencias y sensaciones, excitación al amparo del anonimato, permitiéndoles todo tipo de licencias, desde dar rienda suelta a la fantasía así como ejercer, todo tipo de comportamientos reprimidos o auto reprimidos socialmente. Este nuevo desinhibidor permite el acceso a ejercitar cualquier tipo de fantasía, básicamente deseos ocultos, perversos o mucho tiempo reprimidos.
¿Estamos frente a una nueva forma de relación que también produce sus efectos de desamor o patología? ¿Se trata de un simple cambio formal en las formas del amor y la atracción? Si es cierto que estar en la red viviendo sensaciones nuevas y “reales” es satisfactoria, también es una fuente de insatisfacciones y frustraciones que se producen cuando las imposibilidades de llevar al terreno de lo real, lo virtual es la otra cara de la moneda. Al final muchos navegantes quedan literalmente “atrapados en la red” como dice la canción.
Las personas se seguirán enamorando siempre, quizá ahora con más libertad. Enamorarse un joven estando en México de una Andaluza mayor o un Madrileño Maduro enamorarse de una joven de Maracaibo, ya no es una novedad, las personas que se enamoran serán siempre dos desconocidos, dos extraños seducidos a través de la palabra escrita.
Los mails son la versión moderna de los amores por carta y que cuyo impacto son idénticos a los que produjera el amor de Eloisa y Abelardo, o lo que muchos escritores sintieron en sus amores epistolares: Bernard Shaw, Martín Adán, Cortázar y tantos otros.
La cara oculta del amor de Internet
Habitualmente una relación virtual empieza con conocer en una sala de chat un desconocido o desconocida, sigue a esto un intercambio de mails, o viceversa, que cada vez se van haciendo más frecuentes. Al mismo tiempo se mantienen largas conversaciones por el chat. Los escritos se vuelven más personales, largos, íntimos y comprometidos. Casi siempre hay en esas correspondencias referencias a llenar vacíos de la vida real. Uno de los dos da la iniciativa de decir frases cariñosas, las que son correspondidas, con mayor o menor o sin ningún reparo. A esto se sucede el intercambio de fotografías, de conocer algunos detalles personales, como los teléfonos. Las llamadas y mensajes se hacen también frecuentes y allí es donde la virtualidad de la relación se termina, para dar inicio a una relación real. Se toma la decisión de conocerse. A menudo la gente viaja de un país a otro, de un estado a otro etc. En los encuentros pueden suceder desencuentros, desencantos o afinidades reales. Después de toda esa comunicación profusa llega la hora de la acción, convirtiéndose esta relación en convencional.
La facilidad que ofrece este medio para empatizar es superior incluso a la relación cara a cara, donde el apego de las personas se va desarrollando con inusitada intimidad. El ser un ser anónimo que potencia sus lados buenos y admirables y oculta sus lados negativos, favorece la intimidad. En una relación real la intimidad se va construyendo más lentamente.
Los mails lo soportan todo su ventaja con respecto a la carta es infinito, no solo la extraña rapidez del medio sino su ilimitada capacidad de decir cosas, copiar poemas o canciones o relatar las andanzas bajo la lluvia, que no podrían ser hechas ni por teléfono, ni en carta ni siquiera en el chat mismo.
Amor, apego y erotismo en la red
Lograda la intimidad se dio el primer paso para lograr el sentimiento amoroso de apego. Lo demás va cayendo por su propio peso, la comunicación se va erotizando a partir de escribir abrazo, después el beso y así sucesivamente. No existe aquí sino esa química cerebral entre emisor y receptor. El mensaje se erotiza a medida que se encuentra apertura y satisfacción. Es posible realizar toda la gama de fantasías que el escribir nos pueda proveer y esto se incrementa con el uso de la web cam, los amantes cibernautas se dejan ver y exponen su cuerpo y los genitales para la contemplación del amado. En la red los cuerpos siempre estarán presentables y nunca existirá un mal aspecto que malogre la cita. El compromiso que se genera en el ciberespacio es inmediato y no pasa por cotejar o sopesar la realidad de cada uno, porque cada quien le asignó al otro su propia realidad ideal. Como afirmaba Lacan, expresándose desde su Yo Ideal hacia su Ideal del YO.
El fin del ciberamor y sus efectos emocionales
Pero se sabe también que la mayoría de amores en la red tienden a escurrirse por uno de los entresijos de la red y evaporarse en el ciberespacio. Generalmente pasados los tres meses, ya no hay más de la comunicacióntórrida. También el amor en la red se gasta y el cansancio de nada poder hacer envuelve a los amantes. Estos deben volver al mundo en que viven donde hallaran las satisfacciones de la interacción del cuerpo que les niega la red. En algunos casos los amantes se encuentran y este encuentro puede ser como se avizoraba pleno de dicha pero también el inicio de una frustración. En resumen el amor en la red puede tener efectos severos en el ámbito emocional de la persona, producir celos por infidelidad, hacerles sentir el amor como vivencia y ser la causa de separaciones, pero también, como en la mayoría de los casos, solo puede tratarse de una ilusión gratuita, de una forma diferente de amar, en este recién entrado siglo XXI.
Sugerencias para el cambio
- Anda con cautela, no necesariamente porque te sientas comprendido por alguien en la red, realmente te entiende.
- Es probable que tanto tú como las otras personas en la red, tengas profundas necesidades insatisfechas y formen la ilusión de ser almas gemelas.
- Evita proporcionar en la medida de lo posible información confidencial (celular, dirección o cualquier otro dato personal que pudiera servir para ser utilizado para extorsionarte en adelante).
- Mientras mas insistente sea una persona en querer conocerte puede ser sinónimo de alguna sorpresa desagradable.
- Cuando decidas ver establecer un contacto cara a cara, hazlo en un lugar público y avisa a alguien más de la hora y lugar en donde se verán.
- Ponte de acuerdo con alguien de tus confianzas en llamarle o recibir su llamado para cerciorarte de que estas bien, pasada media hora de tu encuentro.