¿Cansado de buscar pareja? Cinco consejos para consolidarla
Descubre cómo consolidar tu relación y dejar atrás la búsqueda de pareja con estos cinco consejos efectivos.
Un considerable número de personas en la actualidad quieren cambiar su situación sentimental, desean pasar de singles, sol@s o impares, a casados o con pareja; no obstante, cierta cantidad de ellos ven frustrados sus anhelos y terminan con el nido vacío. Sus aspiraciones naufragan por diversas causas. Algunos deciden desistir y otros persisten en el tiempo. Estos últimos, entre cada conato de pareja apilonan decepciones. Y los primeros, pese a su renuncia, continúan con la esperanza de encontrar a alguien y formalizar una pareja. En todo caso, la frustración es común; la cual no se mide por la cantidad de fracasos, sino por la profundidad de las emociones percibidas por cada quien.
Precisamente en este escrito quiero dirigirme a aquellas personas que persisten en su empeño de cambiar su estado amatorio. Este tipo de singles necesitan saber, antes que nada, que la aplicación de fórmulas mágicas o de solamente estrategias comportamentales, suele ser insuficiente.
Cuando una persona cuenta por “toneladas” las pseudo-parejas, o, no tiene prácticamente relaciones para contar; sin duda, estamos hablando de una exageración, dos extremos y un claro síntoma de que el origen de su frustración sentimental se encuentra en sus emociones, en su mente inconsciente.
Consejos para orientar a las personas que deseen tener una relación de pareja duradera
No sin antes anotar, que lo escrito en este artículo se apoya en el mencionado libro y el objetivo es generar la inquietud, la reflexión y un comienzo para la identificación del conflicto emocional.
Empezaremos con recomendaciones de tipo comportamental e iremos profundizando en los emocionales; lo cual pone en relevancia la secuencia, ya que primero requerimos revisar en los niveles elementales; habida cuenta de que es posible que una persona alcance su propósito, aplicando aspectos meramente conductuales. Veamos:
1. Precisar
En este punto es relevante que la persona defina claramente su propósito. Si alguna vez se ha sostenido una relación sentimental, así sea por una hora, su pedido no es encontrar pareja, sino consolidar una relación de pareja. Todas las personas normalmente por naturaleza estamos dotadas para generar atracción en el sexo opuesto, son escasos los casos — por no caer en absolutismos— en que una persona mayor nunca haya tenido algún tipo de encuentro sentimental o sexual con otra. Los seres humanos poseemos la capacidad de generar como mínimo, deseo sexual, es auténtica biología. Es nuestro instinto de conservación el que opera sin que seamos conscientes de ello.
Nuestro inconsciente no tiene tiempo, la medida o cantidad del mismo es un valor improcesable. Por tanto, cualquier encuentro sexual o sentimental por corto que sea, el inconsciente lo recibe como “tener pareja”, sin considerar cuanto tiempo.
Consciente e inconsciente necesitan estar en coherencia y sintonía para lograr la meta, así que hay que precisar; estableciendo un lenguaje legible para la mente (compuesta de consciente e inconsciente), que permita conseguir el propósito, el cual, visto lo observado es: consolidar una relación de pareja.
2. Retrospección
El segundo consejo es tomar papel y lápiz para escribir la respuesta a la siguiente pregunta: ¿cuál fue la razón por la que se terminó o terminaron las relaciones anteriores? Enumerarlas y encontrar mediante la retrospección y la reflexión una frase que explique lo sucedido. En caso de ser muchas tanto las relaciones como las razones, tomar las más significativas.
Luego, leer y procurar extraer la dificultad común, enfocándose mayormente en sí mismo y no en el otro. Tomemos un ejemplo: “todos los hombres que he tenido están comprometidos o casados”, o, “todas las mujeres que he tenido son celosas”.
La pareja es un espejo donde podemos observar los conflictos que nos atañen y en este caso, es la primera fuente de información para solucionar las dificultades que están impidiendo consolidar una relación.
3. Desapegarse
Este es un proceso para disolver las ataduras sentimentales o físicas a una relación anterior. Estar atado es normal; ya que, si se ha convivido con una persona por un periodo largo, siempre quedaran asuntos pendientes, en especial si existen hijos de por medio. Sin embargo, si se siente “enamorado” o ligado sentimentalmente todavía a la persona, se requiere realizar un proceso de desapego.
El desapego empieza por los aspectos tangibles y luego por las intangibles. Se tiende a seguir apegado a las cosas (los llamados “recuerdos”), las propiedades, negocios, lugares e incluso las ideas, en común. De tal modo que se evita el termino o finiquito de la relación. Dichos apegos son una excusa perfecta para mantener el contacto con la otra persona.
Uno de los principios del “feng shui” dice: para que aparezca lo nuevo hay que dejar ir lo viejo. Una frase que se aplica de forma extraordinaria a este apartado. Esto quiere decir que es necesario botar, regalar o quemar (si es pertinente) los objetos que recuerden a la otra persona y causen alguna sensación al observarlos, incluidos los que no están a la vista. Las ataduras se producen mayormente por “los recuerdos” tanto físicos como mentales. Y en muchas oportunidades lo que se ama es el recuerdo y no a la anterior pareja.
También se recomienda finiquitar los asuntos pendientes con la ex-pareja, como negocios, algún vínculo laboral o de cualquier tipo. Si existen hijos, la relación necesita basarse exclusivamente en el bienestar del hijo, independiente de los intereses de los padres. Es necesario establecer reglas bien definidas que no den lugar a ambigüedades o contrariedades.
Para terminar de sanar las posibles heridas de amor y si se siente que existen unos lazos sentimentales muy fuertes o bastante apego, recomiendo escribir una carta de despedida, luego quemarla y echar las cenizas por agua que corra, como señal de despedida. Cabe anotar, que un amor no correspondido se convierte en platónico. El amor que no se alimenta se desvanece, se muere. Una analogía de lo anterior, lo encontramos en la lactancia; para que la leche en la madre se produzca, el bebé debe succionar el pecho para estimular la bajada de la misma. De similar forma sucede con el amor, si no es estimulado, se acaba. En conclusión, lo que ata, no es amor de pareja.
4. Reconocer
Siguiendo la secuencia y llegados a este punto, después de conocer los posibles errores cometidos y despegarse definitivamente de las relaciones pasadas, ahora se requiere saber si el lugar emocional de la pareja se encuentra desocupado. Es necesario identificar y reconocer lo anterior para de esta manera crear una adecuada disposición y receptividad que permitan consolidar una relación de pareja, puesto como ya hemos comentado, la atracción se produce de forma natural y absolutamente todos estamos programados para atraer pareja. No importa la figura, la belleza, el dinero, los defectos, la edad o la religión; los seres humanos de forma instintiva, tenemos quien nos corresponda. Claro, siempre y cuando el sitio este desocupado.
“Ninguna persona se sentaría en un lugar ocupado”, es tan simple como eso. Imaginemos que entramos a un teatro a ver un espectáculo y estamos entre la multitud, de pronto escuchamos que nos llaman y nos damos cuenta de que es alguien cercano. La persona nos invita para ir, pero a medida que nos acercamos nos enteramos de que las sillas contiguas al sujeto en cuestión, están ocupadas. Al detallar esto, de inmediato nos detenemos y empezamos a buscar otro lugar rápidamente. Y pensamos <<esta loc@, que absurdo ¿para qué me llama si no hay sitio?>>. Pues bien, este símil es una forma de entender lo que sucede cuando el lugar emocional de la pareja no está libre. Él o ella (single) está buscando quien se siente a su lado, empero, las posibles parejas presienten, perciben o identifican de forma inconsciente, que el lugar está ocupado.
Entendido lo anterior, pasemos al siguiente consejo donde aclararemos que es esto del lugar emocional.
5. Generar el vacío
Cuando la dificultad para consolidar una relación de pareja se encuentra en la falta de reconocimiento de un error conductual (consejo 2.), y/o de un apego sentimental a un anterior amor (consejo 3.); por mera biología, cuando la aceptación llega y el sentimiento desaparece, las potenciales parejas se acercarán con intenciones de estabilidad. Sin embargo, si lo anterior no sucede, entonces la posible causa se origina en que emocionalmente el lugar de la pareja está ocupado por alguien o algo diferente. Y de acuerdo a lo que explicamos en el punto anterior, necesitamos en primera instancia, reconocerlo.
El vacío en el mundo emocional no existe; ya que nuestro inconsciente —cuya principal función es protegernos y conservar la especie—, cuando percibe alguna incoherencia en esta dirección, de inmediato lo soluciona. Y la forma de responder a ese vacío, es “llenarlo” con lo que la persona asocie como “satisfactorio”. Lo que significa que se suple el lugar emocional de la pareja con aquello que se tenga establecido inconscientemente como tal. En otras palabras, si un individuo presenta una disfunción en este sentido, entonces la asociación emocional que ostente como pareja, será lo que supla el lugar de la misma. Lo que no representa que se satisfaga, todo lo contrario, dicha disfunción ocasiona una mayor demanda, constituyéndose en un placebo emocional y en un posible círculo vicioso.
Para comprender lo anterior, es determinante saber que cuando el lugar emocional no corresponde con el de una pareja física, existe alguna usurpación inconsciente como lo expuse en un artículo anterior—, por alguno de sus padres o su representación, un hermano, amigo, mascota, trabajo, etc., va a depender de la asociación inconsciente que la persona tenga como “pareja”. Así que es importante identificar quién está en dicho lugar, luego reconocer y posteriormente sanar para lograr consolidar y establecer una relación sentimental estable.