Cómo olvidar a alguien: «yonkis del amor»

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Consejos para superar el «yonki del amor» y olvidar a esa persona que no te deja avanzar.

Cuando queremos olvidar a alguien, por lo general a una expareja, parece que el cerebro no deja que pasemos página tan fácilmente. Cuando somos los dejados/as, tendemos a ir detrás y saber la razón. También tratamos de convencer a la otra persona de que no nos deje. De algún modo, nuestra conducta es la de aproximación e intentar recuperar la relación. Sin embargo, cuando pasa más tiempo, se ponen de manifiesto otro tipo de conductas, como la de observar las redes sociales para ver cómo es la vida de nuestro/a ex sin nosotros.

Pero, ¿qué ocurre a nivel cerebral? ¿Tiene alguna explicación más allá del apego y el no saber estar solo? Por la propia naturaleza de la mente, olvidar a alguien es imposible, ya que gracias a la memoria recordaremos a otra persona. Por ello, es importante señalar que olvidar a alguien, en este caso, equivaldría a que su recuerdo no nos ocasione malestar, tristeza, celos, resquemor, rencor o cualquier otra emoción negativa.

Pero no es todo tan fácil como parece, ya que, como indica un estudio de la neuróloga Helen Fisher, el cerebro nos lo pone más difícil de lo que nos gustaría. ¡Profundicemos!

Olvidar a alguien: dopamina y norepinefrina

Helen Fisher asegura que cuando una relación acaba por primera vez, una de las dos personas suele atravesar una fase de «protesta». Por lo general, esta fase de protesta la atraviesa la persona que ha sido dejada y se obsesiona con reconquistar a la persona que decidió poner fin a la relación. Fisher realizó una investigación y analizó las reacciones cerebrales de varias personas a través de un escáner cerebral. Estudió las reacciones que se producen a nivel cerebral cuando los sujetos observaban fotos de sus exparejas. Se observó, que en todos los sujetos, se activaron las áreas cerebrales asociadas a ganancias y pérdidas, el deseo y la regulación de emociones y las regiones asociadas al amor romántico y el apego.

Cuando nos dejan, es muy posible que los sentimientos hacia la otra persona se intensifiquen. Como afirma Fisher, los amantes que son rechazados experimentan altos niveles de dopamina y norepinefrina, lo que podría explicar porqué algunas personas cortan y vuelven de forma repetida, porque están enganchados químicamente. Poco a poco, nos enganchamos a las descargas de dopamina y norepinefrina, por ello llevamos a cabo esta conducta de acercamiento una vez que se acaba la relación.

Cómo olvidar a alguien

Vista la dificultad, no sólo a nivel emocional, sino también a nivel cerebral, de olvidar a alguien, ¿cómo podemos pasar página? ¿Existen formas ideales de hacerlo o depende de cada persona? Aunque cada persona sea un mundo y pueda afrontar los problemas de una forma y otra, Fisher afirma que «se ha demostrado que la forma para salir de una adicción es evitar la sustancia durante unos 90 días». De esta forma, como una relación tiene cierto grado de adicción, Fisher aconseja esconder las cosas de nuestras exparejas, así como eliminarla de las redes sociales y no contactar con él/ella.

El nivel de nuestras emociones, poco a poco, irá menguando con el paso del tiempo. Sin embargo, es importante saber que sólo con el tiempo no es suficiente, sino es importante saber sacar provecho de ese tiempo.

Desde la psicología budista, también se defiende alejarse de aquel problema que nos aflige en un momento determinado. Por lo general, suele promover el afrontar los contratiempos, ya que estos nos ayudan a crecer, pero si algo es tan poderoso que se convierte en destructivo, lo mejor es alejarse un tiempo para estar evitar daños y trabajar con nosotros mismos. En el budismo se llama la «fase de la cueva», en la que nos retiramos de todo contacto con aquello que nos daña y entrenamos nuestro bienestar.

Como se ha mencionado anteriormente, olvidar no es borrar de la mente, sino soltar la carga de una mochila que llevamos a nuestras espaldas. Una carga compuesta por piedras y que cada piedra lleva un nombre: ira, rencor, esperanza, venganza, rabia, envidia, celos… De esta forma, estaremos preparados para emprender un nuevo rumbo, tanto solos como acompañados, ya que si empezamos una relación con una mochila de emociones negativas antiguas, podemos contaminar un nuevo proyecto con otra persona.

Reflexión final

Antes de empezar una relación es importante haber sanado heridas y ser una persona plena. Si comenzamos relaciones románticas sin sentirnos bien con nosotros mismos, podemos caer en la dependencia. Por lo que, además de esta dependencia emocional, se le añadiría la «dependencia química». Así pues, si no queremos caer en un enganche emocional y químico, que a medio-largo plazo nos perjudique, será importante que sepamos estar solos sin necesidad de establecer ninguna relación. Aún así, también corremos el riesgo de caer en las «garras» de una relación de dependencia, pero al menos tendremos más recursos para afrontar los contratiempos cuando surjan.

 

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