La necesidad de pertenencia, vital para el ser humano
La necesidad de pertenencia, vital para el ser humano
Los seres humanos tenemos ciertas necesidades básicas que no tienen que ver con lo fisiológico, como el hambre o la sed, sino que tienen más que ver con el hecho de que seamos seres sociales con profundas afiliaciones entre nosotros. Una de las más importantes y que más influye en procesos sociales y psicológicos es la necesidad de pertenencia.
Una de las necesidades sociales principales es la de pertenencia, de donde derivan otras necesidades como la de conocimiento (conocernos a nosotros mismos y a nuestro entorno, saber cómo funcionan las cosas), el control (tenemos una necesidad de control de todo; establecer relación causal entre lo que hacemos y los resultados obtenidos, mantener ese control con respecto a donde estoy) o la necesidad de achacarnos a los éxitos y dejar fuera los fracasos.
En este artículo veremos al detalle en qué consiste la necesidad de pertenencia, contextualizando las razones de dicha necesidad. Tras ello, veremos algunas de las principales teorías de la Psicología Social que explican y amplían la información sobre la necesidad de pertenencia.
¿Qué es la necesidad de pertenencia?
La necesidad de pertenencia es una necesidad básica del ser humano que buscamos tener por todos los medios; se refieren a los sentimientos de integración personal, interpersonal y grupal. Es una verdad fundamental la de tener y formar lazos personales, ya que necesitamos establecer un mínimo de relaciones interpersonales para ser sanos mentalmente.
Los estudios, fundamentalmente de Leary y Baumeister, sobre la necesidad de pertenencia, hablan que la búsqueda de aceptación y pertenencia está relacionada filogenéticamente con la supervivencia de la especie. Buscamos la aceptación de los otros y huimos del rechazo de los demás, y esto constituye una necesidad universal transcultural.
Además, lo que nos impulsa realmente es que esas relaciones sean cercanas, frecuentes, duraderas y positivas, porque las relaciones interpersonales están marcadas por la continuidad, el afecto mutuo y la rentabilidad percibida. Por otra parte, la reciprocidad es uno de los aspectos básicos de las relaciones, la reciprocidad es fundamental en la necesidad de pertenencia.
Buscamos la aceptación de los otros y huimos del rechazo de los demás
Hablamos también de rechazo, la cara opuesta de la necesidad de pertenencia y, sobre todo, del afecto. Afectación y rechazoforman parte del valor relacional percibido: grado en que una persona cree y concibe que su relación con otra persona es importante y valiosa. ya que también es importante que yo sienta que soy valioso para los demás y que me valoran.
Necesidad de pertenencia y lazos sociales
La necesidad de pertenencia hace que creemos los lazos sociales. Los lazos sociales se forman de la manera más fácil posible, aunque obviamente hay variabilidad, pero es fácil y más con las redes sociales. Además, no necesitamos razones para formar los lazos sociales, es algo natural e inherente al ser humano.
Por otro lado, tenemos resistencia a romper lazos sociales, resistencia a que se rompan, porque cuando se rompen tenemos muchos problemas y malestar psicológico. La facilidad con la que hacemos lazos sociales se corresponde con la resistencia que tenemos a romperlos.
Dedicamos muchas horas del día a pensar en nuestros lazos sociales y a procesar información de nuestros lazos sociales. Muchas de las atribuciones que hacemos cada día son respecto a nuestros lazos sociales. Los lazos sociales están, generalmente, atravesados por las emociones positivas.
La cara opuesta es la exclusión: la exclusión social es el concepto más radical que existe porque excluir a una persona aleja, ignora, calla a otra persona o grupo, es decir, es sacar fuera o impedir que alguien entre en nuestro circulo. Lleva dentro también otros conceptos como la marginación, discriminación; es negar derechos al otro. La exclusión suele hacerse por esa necesidad de pertenencia (le echo porque pertenece a x grupo que no es congruente con el mío).
La exclusión es la ruptura total de los lazos sociales. Hay muchos tipos:
- Explícita: no quiero hablar contigo. Claro delante de los demás.
- Estigmatización: atribuir características negativas a un grupo o a una persona.
- Prejuicios y discriminación: están formadas las actitudes negativas hacia un grupo. Tengo condiciones, afectos y comportamientos hacia un grupo x, entonces pensamos algo sobre ese grupo, le ponemos un aspecto negativo y nuestro comportamiento es evitativo.
- Devaluación y rechazo implícito.
Al ser tan importante la necesidad de pertenencia, cuando una persona no la siente, tendrá consecuencias psicológicas de alto peligro, como experiencias emocionales negativas, trastornos depresivos, trastornos de la personalidad, aislamiento emocional, frustración, agresión, amenaza al self, deterioro en los niveles de bienestar y mucho más.
Teoría de la identidad social de Tajfel
Existen muchos ejemplos que indican que necesitamos vivir en grupos, porque integrarnos en grupos tiene muchas más ventajas adaptativas y evolutivas. La gente que está sola uno de los problemas que tiene es la no satisfacción de esas necesidades, la no satisfacción de esa necesidad de pertenencia.
Necesitamos vivir en grupos, porque integrarnos en grupos tiene muchas más ventajas adaptativas y evolutivas
Hay un elemento fundamental entre la persona y el grupo que es la identidad grupal o social de Tajfel, considerada como una de las mejores teorías de Psicología Social. La pertenencia grupal influye en el autoconcepto, dependiendo de la posición y valoración del grupo en la sociedad. El objetivo es que el grupo sienta que gana frente al otro, por ello buscamos la mayor diferenciación posible respecto a los demás.
Una de las características principales del racismo, descubierta a través de esta teoría de la identidad social, es la de crear diferencias enormes entre los diferentes grupos, además de querer que las personas hagan lo que hago yo y se adapten a mi grupo y no al suyo. Esto es creado por esa necesidad de pertenencia, que conlleva implícitamente la necesidad de diferenciarme de los demás grupos.
Estos procesos tienen que ver con uno superior, con la categorización, buscando aspectos comunes, que, aunque esté muy bien porque es necesario en un mundo lleno de muchos estímulos, es también negativo ya que atribuimos a las categorías aspectos negativos, maximizamos las diferencias con esos grupos y maximizamos las semejanzas con el nuestro.