Las cinco etapas de una relación de rebote

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Descubre las etapas de una relación de rebote y cómo afectan a tu vida amorosa después de una ruptura dolorosa.

Las rupturas pueden ser muy dolorosas. Todos, ante una situación así, intentaremos implementar herramientas que nos permitan sentirnos mejor. Ahora, ¿qué sucedería si intentas apaciguar el dolor por la pérdida de tu ex con otra relación? En ese caso, estarías en una “relación de rebote”.

En este artículo, vamos a revisar qué implican este tipo de relaciones y recorreremos sus etapas que normalmente suceden de manera estereotipada en la mayoría de los casos. Sigue leyendo si quieres saber cómo evitar caer en una relación de esta clase.

Una relación de rebote, ¿qué es?

Lo que se conoce como una “relación de rebote” sucede cuando una persona desea sanar el dolor que le produjo una ruptura amorosa con otra relación. Normalmente suceden de forma precipitada luego de una ruptura. Una persona, luego de separarse, que busca a otra para suplir el dolor que perder a alguien amado le ha dejado.

Lo que principalmente da cuenta de que se trata de una relación de este tipo, es el corto intervalo temporal entre una ruptura y el inicio del nuevo vínculo amoroso. Rápidamente, la persona que acaba de romper y busca sanar su dolor se esfuerza por hacer pública esta relación nueva, para aparentar bienestar ante otros.

Cabe destacar también que estas son relaciones por demás inestables. Suceden rápido y así también suelen terminar o traer grandes conflictivas. La apariencia de que todo es color de rosas no suele ser muy duradera.

En las relaciones de esta clase, todo acontece de forma veloz: comenzar algo formal, conocer a las familias, incluso iniciar a convivir. Tarde o temprano, el cuento de hadas llega a su fin, y las personas caen en la cuenta de que no todo era tan bello como parecía serlo.

¿Qué sucede con esta clase de vínculos?

Las relaciones de rebote acaban por ser vínculos en un principio intensos, aunque breves ya que la ilusión no perdura mucho. Estas relaciones son un intento de reparar el estado anímico de una persona que acaba de romper con una relación, creyendo que con una nueva pareja podrá sentirse bien o completo. Sin embargo, esto no es así, y tarde o temprano las cosas acaban por verse tal y cómo son.

Solo piénsalo: de ninguna manera podría ser saludable tapar tu dolor por una ruptura a costa de salir con otra persona. No será beneficioso para ti ni para el tercero involucrado.

El fin de una relación es un duelo, y cada uno que se encuentre en este tipo de situación la cursará de forma particular. Debes darte tiempo para sanar, estar bien contigo mismo, para luego poder ofrecer amor sano a alguien más. No hay tiempos cronológicos determinados para esto, deberás tener paciencia y saber reconocer lo que te sucede.

Con las relaciones de rebote, lo que acaba por suceder, es que dejan un vacío aún más grande que el que la persona tenía en un principio. Tarde o temprano, notará que solo intentó sustituir a su ex con una pareja nueva, y la tristeza será más profunda. Los vínculos que se producen en relaciones de rebote no son reales, y comprender eso causará aún más daño. Tomarte tiempo para sanar será fundamental.

Revisar las cinco etapas de una relación de rebote

Las relaciones de rebote suelen darse en secuencia. En ellas normalmente suceden, de forma cronológica, cinco etapas en orden que podemos enumerar para presentártelas. Vamos a revisar ahora qué escenas normalmente se dan en una relación de este tipo. No necesariamente todas ellas acontecerán en todos los casos de este estilo, pero sí es lo más normal. Algo es seguro: una relación que inicia para evitar transitar el duelo tras una ruptura solo tiene un destino posible, y es terminar Te invitamos ahora a revisar las cinco etapas que una relación de rebote atraviesa.

1. Atraerse

Imagina esto: una relación acaba, y una de las partes considera que, la única forma de encontrar cierto bienestar es mirar hacia adelante. Con la teoría de “el pasado, pisado”, quien acaba de terminar una relación, sin tomar reparo acerca de cómo se siente, intentará encontrar otra pareja para llenar ese vacío que le ha quedado, y lo hará. La persona irá probablemente a contactar a alguien que ya sabe que siente atracción por ella, aunque antes, por estar en pareja, nada entre ellos había sucedido.

Hay atracción, y en un principio todo irá muy bien.

2. Intimidad

En las relaciones de esta clase, generalmente, la conexión emocional no es lo principal. Todo sucede de manera muy rápida e intensa, y suele tener mucho lugar el contacto físico.

Quien acaba de romper otra relación, creerá que el contacto cuerpo a cuerpo será la mejor forma para sanar, pero en realidad se está dejando de lado una parte muy importante de la relación. Sin escucha, sin contención, en resumidas cuentas: sin conexión emocional, nada perdurará. Esta no será más que una relación vacía de sentido.

3. Presumir

Quien comienza una relación para reparar una pérdida, querrá demostrarse a sí mismo y, por supuesto, a las personas de su entorno, que se encuentra muy bien. Presumirá a su pareja como si fuese un premio o trofeo. Y, si su ex se entera, se sentirá contento, ya que lo que anhela es generar en su antigua pareja malestar.

Lo que sucede con esto es que se ubica a la nueva pareja en una posición tan incómoda como injusta. Se acaba por cosificar a esta persona, con tal de sentirse mejor ellos mismos.

4. Comparar

Es lógico que, si inicias una relación para superar a otra persona, acabes por comparar ambos vínculos. En las relaciones de rebote, lo que acaba por suceder es que, como la persona involucrada no ha superado a tu ex, constantemente comparará a él o ella con su pareja nueva. Esto, por supuesto, no será para nada sano y terminará por desgastar las cosas.

Es importante comprender que, para empezar una relación nueva, será necesario que sanes internamente y superes el dolor por la pérdida anterior. Solo así podrás formar nuevamente un vínculo sano.

5. Desilusionarse

Al final, en esta última etapa, sucederá lo evidente: la persona se desilusionará. Caerá en la cuenta de que todo fue una farsa y, verá que en realidad no ama a la persona que tiene al lado.

Esto, por supuesto, podría tener severas consecuencias emocionales para “la pareja nueva” quien no tiene absolutamente ningún tipo de culpa, y acaba siendo afectado en todo esto.

La relación de rebote así llega a su fin. Es importante no repetir el ciclo, no buscar a otra persona con quién reemplazar el lugar vacante que ha quedado. De ser así, se correrá el riesgo de caer en una relación de esta clase otra vez.

Un clavo no saca a otro

Esperamos que la lectura de este artículo te haya llevado a la siguiente reflexión: es necesario atravesar los duelos por la pérdida de una pareja. Una vez que atravieses tu dolor, y sanes respecto a él, estarás en condiciones de estar con alguien más. “Reemplazar” una pareja con otra, solo hará que empeoren las cosas. Recuerda que, para poder tener relaciones sanas, es necesario que primero te encuentres bien contigo mismo.

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