Las segundas parejas, una nueva oportunidad de ser feliz: 3 motivos

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Descubre por qué las segundas parejas pueden ser una oportunidad para encontrar la felicidad y la plenitud en la vida.

Muchas rupturas se producen en los primeros matrimonios o convivencias, pero, lo que poco se habla en la sociedad es que, en la mayoría de los casos, las parejas que hicieron estos primeros intentos ni siquiera fueron felices.

Esto se debe a que en el primer vínculo amoroso hay más ensayo y error y menos decisiones conscientes; además, muchas personas se encuentran en el camino de autocrecimiento, por lo que no saben realmente qué desean en la vida o qué esperan de verdad de sus parejas.

Segundas parejas, nuevas oportunidades

La pareja tradicionalmente es considerada como un sistema y su formación se da en el marco de formación de la familia; en este vínculo se establecen los límites que regulan las relaciones con la familia de origen, el medio laboral, social, la comunidad y otros contextos con los que tienen contacto, tal como lo indica la autora Claudia Marcela Cruz, en su estudio sobre los aspectos vinculantes para la conformación de la pareja.

En este sentido, una relación es definida como dos subsistemas individuales que se combinan para formar un nuevo subsistema familiar y cuya tarea es desarrollar, de forma consciente o inconsciente, un sistema de trabajo mutuo que les permita funcionar sin sacrificar los valores y los ideales que los han llevado a permanecer juntos.

En cuanto a la formación de la pareja, el autor Erich Fromm señala que ésta surge para vencer el sentimiento de soledad, trascender la propia individualidad y conseguir equilibrio.

En la cultura actual muchas personas contraen matrimonio porque se enamoran, desean compartir su vida y porque piensan que podrán enriquecer dicha vida con otros ingredientes, tales como el sentirse necesario o parte de alguien. Sin embargo, esto no siempre funciona en el primer intento.

El autor Marcondes dos santos, en su estudio sobre segundas nupcias: redefinición de los vínculos amorosos y de crianza, resalta que una buena parte de las segundas uniones se inician con la cohabitación y que, muchas parejas, deciden mantenerse en unión libre. Además, el estudio también pone de relieve que la dinámica para establecer nuevas parejas conyugales se muestra más acelerada porque sucede poco tiempo después del inicio de la relación afectiva.

Este hecho sugiere que los cortejos largos ya no son frecuentes y la cohabitación con la nueva pareja se concreta por etapas: en un primer momento los hombres tienden a pasar algunas noches de la semana en la casa de la nueva pareja, pero tiempo después su presencia es más frecuente y luego de algunos meses de relación, se asume como definitiva la nueva convivencia.

La explicación de esta dinámica se debe a que, en estos casos, ambas parejas, ya tienen la experiencia de la unión conyugal. Por ello, su proceso de unión es mucho más sencillo y rápido que en la primera vez. Además, se destaca la ausencia de interferencias y controles familiares que en las primeras uniones se mantienen vigentes. En el caso de las segundas parejas, la decisión está motivada exclusivamente por los deseos y proyectos, a diferencia de la primera unión, en la que predominó la presión del grupo familiar.

Las segundas parejas brindan una nueva oportunidad para ver la vida desde otra perspectiva, mucho más próxima a la armonía y la felicidad.

Motivos que hacen felices a las segundas parejas

En las segundas parejas hay más complacencias y ambos componentes se complementan más como personas. Esto se debe a las siguientes razones:

  1. Hay mayor madurez emocional: en la primera unión se parte de cero y ambos tienen todo por construir. Hay más ilusiones y una imagen idealizada de la otra persona, por lo que las expectativas son mayores, al igual que la entrega. Sin embargo, también es una etapa caracterizada por muchos cambios, por lo que, en el proceso de madurez, la pareja puede sentir que se encuentra ante un desconocido. En cambio, en las segundas uniones, aunque no se sepa lo que se quiera, sí se conoce lo que no se quiere, así que las prioridades están más claras.
  2. Hay otro nivel económico, social y de intimidad: porque son parejas que se establecen desde la madurez. Por lo general, las segundas parejas llegan con un nivel profesional más alto y un estatus económico consolidado, al igual que, en la intimidad, la experiencia ganada ayuda a obtener más placer y satisfacción mutua.
  3. Las rupturas son menos traumáticas: no ocurren las catástrofes emocionales que sí suceden en las primeras rupturas. Pues, ahora, la ausencia del amor se asume desde otro punto de vista, más maduro.

Estas son algunas de las razones por las cuales las segundas parejas pueden ser mejores que el idealizado primer amor, en donde la relación se basa en una ilusión, más que en la realidad propiamente.

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