Las tres “Ces” para medir las relaciones de pareja saludables
Muchas son las formas de iniciar una relación de pareja: van desde la desilusión de una relación anterior; idealizar a la nueva pareja y fantasear una relación que repare el dolor y las vivencias pasadas, sentirse solo, vivir en un estado de conciencia alterado, escuchar solo nuestra voz interior, valorar de forma poco objetiva al ser amado, comenzar la esperanza de un nuevo amor, sentir que el sexo es maravilloso, huir de una relación anterior, lograr los objetivos de pareja que no pudieron realizarse con la pareja anterior (casarse, viajar, trabajar, estudiar, etc.), envejecer juntos, estar disponible en alguna red social.
Qué es el enamoramiento y cómo lo experimentamos
El enamoramiento, es un concepto complejo, polisémico (tiene muchas interpretaciones), metonímico (tiene muchos sinónimos), en su descripción semántica y da como resultado una singularidad, entonces cada persona lo interpreta y vive de forma distinta. Esta forma única de vivir el enamoramiento nos afecta directamente a todos y cada uno de nosotros: vivimos el enamoramiento de forma distinta con cada pareja.
A ello, hay que sumarle su análisis multidimensional imbricado, en donde muchas disciplinas científicas intervienen (Psicología, Psiquiatría, Sociología, Fisiología, etc.) y están relacionadas, a esto le llamamos transdisciplinariedad, por ejemplo: en la neurobiología explica que; la dopamina secretada por el hipotálamo produce placer y ello nos hace sentir, pero no razonar; como proceso neurológico, involucra diferentes partes del cerebro: comienza con la corteza cerebral y posteriormente pone en interacción al hipotálamo, la corteza prefrontal, la amígdala, el núcleo accumbens y el área tegmental frontal, estas áreas forman algo que se le llama, el circuito de recompensa y hace que disfrutes el enamoramiento como si fuera la comida más placentera o el viaje más bonito, metafóricamente hablando.
¡Un poco aburrido esto, sino eres científico!, pero no te desamines, sigue leyendo.
Orlandini (2004), señala muchas otras formas de experimentar el enamoramiento:
- sexo más amistad, manifestación que proviene del deseo sexual,
- afinidad química amorosa, donde lo pequeño parece grande,
- locura del amor; ver al amado no como es, sino como desearía que fuera,
- no ver al otro como es y hacerlo un ídolo,
- sensación de haber sido engañado,
- pasión, erotismo, ternura, dulzura, instinto maternal, comprensión mutua,
- ceguera del amor, cuando pareciera apagada la corteza prefrontal y solo sentimos, pero no razonamos,
- satisfacción emocional al proteger y ser protegido.
Quien ha estado enamorado, podrá estar de acuerdo, que vale mucho la pena sentir el éxtasis de este momento en la vida.
Estar enamorados es una de las sensaciones más placenteras experimentadas por los seres humanos. Nos hace sentir fuertes, atractivos, motivados, con propósitos para vivir la vida, con energía para trabajar, estamos de buen humor. Y, “todo comienza con una atracción física seguida por una atracción personal. El enamoramiento se dispara cuando existe el conocimiento o sospecha de que hay o puede haber reciprocidad”. (NatGeo, 2021).
¿Si vivimos un estado tan agradable, qué lo desgasta entonces?
En principio parece inexplicable pasar de un estado casi perfecto a una situación conflictiva que pudiera llevarnos al otro extremo. A estar separados, a odiar al ser amado en muchos casos, a sentirnos defraudados y con las expectativas rotas.
Una paradoja muy interesante, es suponer que aquellos lazos que nos unieron, sean los mismos que intervengan para separarnos. Pues bien, esta visión idealizada, termina por diferentes motivos. Esto se relaciona con algo que en psicología se llama: distorsiones cognitivas. “Es un pensamiento, percepción o creencia defectuosa o inexacta”. (APA, 2010, pág. 148). Existen muchas distorsiones cognitivas: pensamiento de todo o nada, personalización, falacia de recompensa divina, abstracción selectiva, maximización y minimización, lectura del pensamiento, negación, entre muchos otros.
Pensemos dos extremos, pero hay muchos más. Uno muy positivo: Ver solamente lo bueno causa una visión parcializada del otro. Creemos que la otra persona nunca va a cambiar. Como seres humanos todos tenemos virtudes y defectos y cambiamos a lo largo del tiempo. Y, esto es una distorsión cognitiva que se llama negación, cuando no se acepta la realidad anterior. Solo vemos lo bueno, sin pensar que también hay cosas malas; en nosotros y en la pareja. Otro más se conoce como; la falacia de recompensa divina, pensamos que los problemas pueden arreglarse por sí solos, sin la necesidad de discutir y en ocasiones intentamos olvidarlos. Uno más, aunque existen muchos se le conoce como maximización y minimización; dejamos pasar cosas que no nos gustan y las minimizamos. A todo ello un cerebro emocionado en lo positivo, no piensa, solo siente, perdona, minimiza los errores o niega las cosas desagradables. Cuando las parejas se llevan más o menos bien, estas distorsiones les juegan en su contra y suponen que ya pasarán y se arreglarán las cosas.
En lo negativo, cuando las parejas no se llevan tan bien, se presenta una miopía del futuro, además de alguna de las distorsiones anteriores. El evento es complejo, pero la explicación es muy simple. En lo complejo, no alcanzamos a ver qué, sí hay malos tratos desde el principio; lo más probable es que también estos se harán presentes en el futuro. En lo simple, pero que no lo podemos ver, es que a pesar de que la relación no es o no ha sido gratificante, decidimos quedarnos, con las consecuencias que ello genera.
En el camino, lo bueno y lo malo se juntan. Las condiciones para vivir en pareja son muchísimas, sin embargo, nos pueden llevar al camino de ser parejas disparejas. ¿Por qué nos convertimos en pareja dispareja y esto puede llevarnos a la separación, o al divorcio?
Para saber si nuestra relación de pareja es sana, necesitamos voltear los ojos al inicio y saber si dejamos pasar conflictos, ya sea porque evaluamos de forma muy positiva a la pareja o porque en la paradoja, los conflictos no nos permitían ver, que teníamos conflictos (miopía al futuro). Otro elemento que complementa la miopía del futuro, es el miedo al autoconocimiento. Es mejor comer un buen plato de la comida favorita, que enfrentarnos a nosotros mismos. Al menos es lo que algunas investigaciones nos revelan. “La mayoría de las personas no disfrutan de solo pensar y claramente prefieren tener otra cosa que hacer …la gente prefiere hacer a pensar, incluso si lo que están haciendo es tan desagradable que normalmente pagarían para evitarlo… A la mente no instruida no le gusta estar sola consigo misma”. (Wilson, et al, 2014).
“Algunos autores (Lavner, Karney & Bradbury, 2014), sostienen que los conflictos maritales aumentan durante los años de recién casados, mientras que otros sostienen que los problemas de pareja se mantienen estables.
Las parejas que han sido poco amorosas desde el principio y han sido conflictivas, tienen una alta probabilidad de mantener esa misma actitud hacia adelante. “Las parejas que muestran mayor desilusión en la relación, muestran una disminución en el amor que se refleja en menos afectos y mayor tendencia al divorcio”. (Houston, Caughlin, Houts, Smith & George, 2001).
En general cuando ya se tiene un prejuicio y la relación de pareja resulta con mucho desgaste, es más difícil revertir el rumbo, aun haciendo muchas cosas muy positivas. La respuesta a ello también la podemos encontrar en otra investigación llevada a cabo por Paul Rozin (2001), “Sugerimos que una característica de los eventos negativos que los hace dominantes es que las entidades negativas son más contagiosas que las entidades positivas”. Luego entonces, cuando la relación pasa a un punto de inflexión irreversible, puede que ya no haya nada por hacer para rescatarla, pues pesará más lo negativo que lo positivo.
¿Cuáles son las tres “Ces” para mantener sana una relación de pareja?
Una relación debe estar basada en una buena comunicación, el respeto y la confianza.
Aunque existen muchas definiciones relacionadas sobre las tres “Ces”, a continuación, encontrarás el significado global de ellas, con el fin de ser una guía.
- 1. “Comunicación en pareja, es el proceso de producción, emisión y procesamiento de mensajes verbales y no verbales que permiten compartir significados entre personas, de tal manera que forman, mantienen y modifican pautas de interacción durante las relaciones sociales y personales”. (Villanueva, Rivera, Díaz & Reyes-Lagunes, 2012).
- 2. “Confianza, es una de las llaves que abre la intimidad y significa un modo de ver a la pareja, de la cual se cree que es buena e incapaz de ocasionar daño, despojo o traición. La confianza resulta un componente del amor maduro y del matrimonio sano y funcional”. (Orlandini, 2004, pág. 29).
- 3. “Compromiso es la decisión consciente de amar y mantener el amor por otra persona durante un X tiempo o para toda la vida. Los criterios del convenio pueden ser diferentes para cada miembro de la pareja: para uno la obligación debe durar mientras se mantenga la pasión, para otro el compromiso debe mantenerse hasta el final de la vida”. (Orlandini, 2004, pág. 33).
Si deseas mantener sana tu relación de pareja, te sugiero pongas atención en las siguientes conductas:
La calidad reflejada en ellas, podrá predecir el equilibrio o el desequilibrio en tu relación. Se exponen los conceptos y algunos puntos, no están acabados y cada persona tendrá su toque personal en cada uno de ellos, por lo tanto, son distintos en cada persona y en cada pareja, pero guían el crecimiento como pareja. Lo importante, es sacar la mejor versión de cada uno.
- Comunicación: escuchar a la pareja para arreglar, no para discutir. No suponer lo que te quiere o quiso decir. Ser empático y ponerse en el lugar del otro. Preguntar lo que le gusta y lo que le disgusta. Contar con un plan A, B o C y tantos como sean necesarios para resolver las diferencias. Ser conscientes de que no todo el tiempo podrán resolver todo. Compartir la vida cotidiana. Evitar mezclar muchos temas y concentrarse en un solo punto para ir resolviendo poco a poco lo pendiente. Expresarse de forma positiva, sin agresiones. Hablar sobre las circunstancias y no sobre las personas, pues existe el riesgo de agresión. No etiquetar o encasillar a una persona con categorías negativas.
- Compromiso en la relación: Buscar un tiempo de pareja, independientemente de los amigos, los hijos o la familia. Saber que no hay ganadores y perdedores, solo personas que conviven. Es importante saber que se puede tener objetivos similares o conjuntos y también objetivos personales y eso no atenta contra la pareja. El compromiso también implica respeto por la pareja y sus ideas, a pesar de las diferencias. Orientar la convivencia en valores: honestidad, respeto, responsabilidad, reciprocidad, ética, solidaridad, compasión, etcétera. Apreciar los esfuerzos de la otra persona.
- Confianza en la pareja: Es importante considerar que en algunos aspectos somos diferentes, y eso nos hace distintos, no distantes. Destacar lo bueno de la pareja (emociones, actitudes, lenguajes del amor, inteligencia, etc.). Evitar arreglar las cosas cuando se encuentren fuera de control emocional, pues las emociones nublan nuestra visión como personas y como pareja. Sentirse en la libertad de expresar, emociones, pensamientos y sentimientos. Practicar la inteligencia emocional. Buscar la coherencia entre pensamientos, sentimientos y acciones. Tener la humildad de ofrecer disculpas y pedir perdón. Evitar las mentiras y los engaños. ¡Cumplir las promesas!
Todos los elementos de las tres “Ces”, están relacionados y funcionan como sistemas interconectados, por lo tanto, el cambio en uno de forma ambivalente impactará en lo positivo o lo negativo en los otros.
Reflexión final
Como dicen los sabios, el beso es también una forma de diálogo, ¡Conversa con tu pareja!
Son puntos ciegos que van formando parejas disparejas: el amor a primera vista, las valoraciones positivas y negativas de la pareja, las distorsiones cognitivas, la ceguera del amor, la miopía del amor, la ceguera al futuro, y muchos más.
Hay un dicho en México que dice: “El león cree que todos son de su misma condición”. En la confianza podría tener mucho sentido. Las personas que han recibido desde la niñez ternura y han sido educadas sin odio o rencor, tienden de manera natural a esperar lo mejor del otro.
“La comunicación es importante en la relación de pareja dado que a partir de esta se definen el sistema conyugal, los roles, la percepción, jerarquías y comportamientos”. (Villanueva, Rivera, Díaz & Reyes-Lagunes, 2012).
El compromiso en la pareja, incluye también; reglas de fidelidad (p. ej., fidelidad sexual, fidelidad financiera, fidelidad afectiva, etc.), el cuidado y la crianza de los hijos, la distribución del dinero y el poder y el grado de dependencia e independencia de ambos miembros de la dupla.
La presente información, es una guía y no un decreto escrito en piedra, para ayudar en las relaciones de pareja.
Si no sabes cómo hacerlo, consulta a tu terapeuta de confianza.