Los errores más comunes después de las peleas en pareja

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Descubre cómo evitar los errores más comunes después de una pelea en pareja en esta historia de amor.

Una historia de amor…

Roberto y Julia iniciaron una relación de pareja hace tres años. El primer momento en que se conocieron fue como un verdadero poema. Ambos se agradaron no solo física sino emocionalmente. Era uno de esos amores en donde según ellos estaban hechos: ¡el uno para el otro!. Rápidamente hicieron planes para casarse y vivir juntos. Sin embargo, unos meses después de la llegada de su primer hijo, las cosas empezaron a salirse de control y ahora se han separado. La separación les ha hecho pensar que es posible una reconciliación y están intentando sin éxito algunas estrategias que les hacen sentirse cada vez más desilusionados.

La ruptura

Es imposible pasar en la vida sin haber terminado para bien o para mal una relación de pareja. Y, en la parte psicológica es muy importante pasar por un trabajo de duelo, en donde se analizan las emociones positivas y negativas hacia la pareja, al mismo tiempo que podemos despedirnos de la misma, para poder cerrar ese ciclo emocional y se aprende a vivir en gratitud por lo acontecido cuando el duelo se cierra sanamente.

Sin embargo justo cuando se presenta una separación, el dolor emocional será proporcional al contexto que haya guardado la relación con la pareja. Si ya había un desgaste de días, meses o años el momento de la separación no se compara cuando la pérdida se debe a un evento inesperado; el fallecimiento repentino de uno de sus miembros o el cambio de planes también repentino para dejar la relación. En el primer caso, el desgaste emocional crónico puede hacer que la separación se viva como una verdadera liberación del otro.

También existen parejas que antes de la separación han estado negociando, no separarse, pero si uno de los miembros no está convencido, puede ser que de cualquier forma se de el rompimiento, pues para bailar se necesitan dos.

Las consecuencias de las discusiones

El proceso de separación no solo afecta a los miembros de la pareja sino a todos quienes conviven en interacción en su entorno, por lo que tomar la decisión de separarse afecta las relaciones de apego con: los hijos, la familia política, los amigos e incluso hasta los compañeros de trabajo.

De la misma forma se presenta la disyuntiva de … ¿Cómo serán divididos los bienes?, ¿Quién se queda con la casa o quien se va?, ¿Quién se queda con el coche, los muebles, los hijos, los amigos, la membresía del club, las deudas, incluso la mascota?. Es decir, además de la parte emocional, la separación tiene implicaciones legales, sociales, económicas y hasta espirituales, es por ello que muchas veces tarda un periodo largo para tomarse la decisión. Por supuesto, también puede estar matizada la relación por la codependencia entre ambos.

Los cambios internos en la pareja

Cuando se presenta una separación emocionalmente estamos fuera sí, y puede llevarnos a un encuentro de emociones contradictorias (positivas y negativas: ¡Te odio y te quiero!) al mismo tiempo. Nuestro cerebro tiene esa capacidad.

Emoción significa conmover. Son diversos impulsos que nos llevan a actuar. También puede ser entendida como una agitación o perturbación de la mente. Son estados caracterizados por activación fisiológica (sudoración, palpitaciones, elevación de la presión sanguínea, variaciones en el ritmo cardíaco, producción de cortisol, vasopresina y adrenalina, etc.), cambios en la expresión facial (cara de alegría, tristeza o enojo), postura (postura tensa y defensiva) y sentimientos subjetivos.

  • Emociones primarias son: alegría, aceptación (receptividad), temor, sorpresa, tristeza, disgusto, enojo, anticipación
  • Emociones secundarias son: optimismo, amor, sumisión, sobrecogimiento, decepción, remordimiento, desprecio, agresión (Plutchik, 1994)..

El primer impacto lo reciben las emociones, pues obedecen a un cerebro más primitivo, el segundo impacto lo reciben los sentimientos, luego los pensamientos y al final la conducta. Así la secuencia es: Emoción (experimentar “ira”), sentimientos (“me siento enojada porque…”), pensamientos (“me las va a pagar”) y conducta (“en cuanto le vea le voy a romper su cara). En los casos más graves una emoción de tristeza puede llevar incluso a la depresión o a la muerte (suicidio y síndrome del corazón roto).

Esto se complica más, si la persona se siente aún enamorada de la ex pareja. El enamoramiento es un estado emocional asociado con la euforia, el placer, el erotismo, la gratitud, la felicidad, el éxtasis y otras emociones más. Se puede distinguir claramente a diez pasos de distancia a una persona que esta alcoholizada o a alguien enamorado.

El enamoramiento se hace presente en diferentes áreas de la vida de las personas: a nivel psicológico, fisiológico, celular, social, etcétera… Un estado de enamoramiento es similar al cuadro psiquiátrico denominado: «Desorden Obsesivo Compulsivo (DOC)». Padecerlo impulsa a una persona a actuar de forma compulsiva, repetitiva e irracional la mayor parte de las veces. En su versión positiva el enamorado puede repetir mil y un veces a la persona amada: “te amo”. Mientras que en el lado negativo, el mismo número de veces la persona desencantada puede decirle: “te odio” (Barrera, 2008).

La química del amor y la costumbre se parecen, una persona puede atravesar por tres programas del amor: 1) la pasión es pura testosterona y los implicados sienten deseo intenso mutuo; 2) el amor romántico, en esta fase se hace presenta la oxitocina (hormona de la calma, el amor y la sanación) cuando se comparten planes o proyectos de vida con el ser amado, y 3) el amor filial, se comparte el amor, la protección y las obligaciones de la crianza hacia los hijos.

Una persona que pasa por cualquiera de esos programas y en una condición de separación, puede enfermar materialmente de amor o de una crisis de apego.

Sus consecuencias se reflejan en estados como: depresión, ansiedad, angustia, nerviosismo, irritabilidad, vacío existencial, ira, tristeza, miedo al futuro, melancolía, sensación de abandono, de extrañar al ser querido, decepción, episodios de violencia (contenida o manifiesta) contra la ex pareja, desilusión, confusión, olvidos, desprecio, y por contradictorio que parezca en lo positivo se idealiza a la pareja y se tienen remembranzas de episodios vividos de forma positiva. Estos últimos muchas veces se presentan inconscientemente en los sueños.

Los errores más comunes

Así, el control de nuestros pensamientos y bajo esta condición de separación de los amantes, está en la amígdala cerebral, el centro de nuestras emociones, desactiva la corteza cerebral y no nos permite pensar claramente. Ello da como resultado intentar una serie de acciones tratando de rescatar la relación de pareja, sin medir las consecuencias. A continuación se enlistan los principales errores que cometen las parejas después del truene:

  • Caer en el borrón y cuenta nueva (el pasado ya paso y nunca más hay que hablar de ello).
  • Idealizar a la persona amada (En realidad si la pasábamos bien solo es cuestión que se de cuenta que somos uno).
  • Suponer que por extrañar a la otra persona se le ama profundamente. Amar y extrañar son dos cosas diferentes (Siento un dolor muy profundo cada vez que pienso en él/ella).
  • Acostarse con la/él ex buscando una reconciliación (Nos llevamos perfecto en la cama).
  • Negar que te afecto el rompimiento (Al cabo que ni me dolió).
  • Pasarla maldiciendo eternamente a la otra persona por el daño que nos hizo (Nunca le voy a perdonar).
  • Seguir en contacto y preocupado como si aún vivieran juntos (Voy a llamarle para ver ¿cómo está?, solo le llame para recordarle que necesita pagar su tarjeta de crédito).
  • Pensar que un clavo saca a otro clavo (Iniciar una nueva relación inmediatamente después de la separación, hay quienes buscan a los exnovios(as) o a quien sea, el hecho es no estar sólo).
  • Seguir en contacto con los amigos o la ex familia política para saber ¿qué hace el/la ex? (Voy a ir a visitar a mi ex suegra, ella si era buena persona).
  • Intentar la reconciliación saliendo juntos de vacaciones (Vámonos a Cancún, allá la pasaremos bien junto con los niños y tus papás).
  • Mandar recados (mail, face, celular o twitter) equivocadamente para que el ex se entere de nuestro estado de ánimo (Le mandé un mensaje diciéndole cómo lo extraño, pero después me arrepentí y le hable para decirle que no era el mensaje para é/ella).
  • Buscarle insistentemente por suponer que es la única persona con la que se puede hacer un proyecto de vida (Yo creo que nadie me va a entender como él/ella).
  • Llevarle una serenata (Le voy a llevar mariachis o un trío, para que le canten las canciones que le gustan, es más se las voy a cantar yo mismo).
  • Chantajearlo a través de los hijos en común (Si te vas, nunca más en la vida volverás a ver a tus hijos).
  • Darse un tiempo sin recibir una ayuda profesional (He salido de otras cosas peores y no necesito ayuda de nadie).
  • Seguir celebrando las fiestas u otros eventos como si nada hubiera pasado, en fin la lista es interminable (¿A dónde vamos a celebrar la navidad, el año nuevo, las fiestas patrias, el día de los novios, tu cumpleaños, etc.?).

Los componentes psicosociales del amor

Hace casi una década, se realizó una interesante investigación sobre los componentes del amor, la cual traigo a colación por su vigencia actual. Nadelsticher (citado en Díaz, 1996), encontró tres factores básicos del amor:

  • Pasión: conformada por la interdependencia emocional, la atracción física y un nivel bajo de indiferencia.
  • Intimidad: conformada por altruismo, admiración y tenerse en cuenta.
  • Compromiso: conformada por la baja desconfianza en el otro, alto respeto mutuo y baja incompatibilidad en los objetivos de la relación.

Sin caer en el extremo de dar una definición del amor y solo con fines prácticos las acciones emocionales que intentan las personas en una situación de crisis en un rompimiento, poco tienen que ver con el crecimiento mutuo de la pareja. Por ejemplo, se vale admirar o que nos guste la pareja pero cuando se idealiza al otro, se pierde el piso y la realidad, pues todas las personas tenemos virtudes y defectos. El ideal no existe, lo real sí, somos persona de carne y hueso y pelusa en el ombligo.

La relación de pareja es de dos y si uno de los dos no quiere regresar, cualquier intento es prácticamente imposible. Cuando existe un rompimiento es muy importante hacer un balance de lo bueno y lo malo, pasar por un trabajo de duelo y saber que en el rencuentro de la relación de pareja las cosas no pueden seguir siendo iguales. Finalmente, la buena voluntad o el borrón y cuenta nueva sin la asesoría terapéutica o sin analizar los problemas aún sin resolver, solo complica más la relación y ambos miembros tarde o temprano saldrán más lastimados.

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