¿Por qué nos portamos mal con la persona que amamos?

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La complejidad de las relaciones amorosas y por qué a veces podemos actuar de manera negativa hacia nuestra pareja.

Para el ojo del observador común, podría ser sorprendente en el tema de las relaciones de pareja, pensar que alguien: a quién daríamos todo por amor, que nos miró a los ojos, nos susurró al oído cosas lindas y juraba que estaría eternamente con nosotros, pudiera hacernos daño de forma deliberada. Esto implica una contradicción.

Pues bien, el análisis consciente de las paradojas de la vida podría situarlo en la época de Leonardo da Vinci. En el maravilloso libro de Michael Gelb, titulado Inteligencia genial, describe la forma como el genio del Renacimiento pensaba, resumiendo su intelecto a siete principios leonardinos, entre los cuales se destaca el “Sfumato, literalmente significa: volverse humo. Es la disposición para aceptar la ambigüedad, la paradoja y la incertidumbre”. (Gelb, 1999, pág. 156). Una forma de analizar con un formato científico, el pensamiento paradójico desde el punto de vista de la Psicología Social se presenta en la figura de Leon Festinger. Su teoría de la disonancia cognitiva “propuso que, aunque podemos parecer lógicos en general en nuestro pensamiento y comportamiento, con frecuencia nos ocupamos en un comportamiento irracional y desadaptativo para mantener la consistencia cognoscitiva” (Franzoi, 2007, pág. 195). Para los no especialistas, no se preocupen, esto lo explico más adelante en palabras más simples.

En un acto de economía mental, tendemos a simplificar el entorno en opuestos: día y noche; amor y odio; frio y caliente. Y todo esto nos parece incuestionable, simplemente nos parece natural y lo damos por hecho. Conscientemente, es difícil imaginar amar a una persona hasta el alma y al mismo tiempo hacerle un mal.

Una conducta paradójica en el “amor” falso, lo podemos observar en el síndrome de Estocolmo. Una persona se enamora de su captor; la persona que le hace daño, pero ese no es el caso de las conductas a ser analizadas ahora.

En los principios leonardinos, el sfumato, es una habilidad que soporta la tensión de los opuestos y con ello acepta: la incertidumbre, la ambigüedad y la paradoja. En un claro ejemplo de ello, el genio italiano analizó: la belleza y fealdad.

De entrada, entonces podríamos pensar un tanto imposible que el amor intenso sentido por el ser amado, nos lleve en vez de protegerle a violentarlo. En donde el motivo de nuestras motivaciones y poesía gatille la violencia.

Bueno, pues existen varios detonadores que nos llevan a ello: metafóricamente cuando el corazón se siente irritado, no somos la mejor versión de nosotros mismos. Tampoco somos la persona más afable, cuando criticamos y menospreciamos a la pareja.

¿Qué desgasta el amor y nos lleva a la violencia atenuada con respecto a la persona que amamos?

Son varios los factores presentes: la falta de empatía en ciertos momentos de convivencia, la falta del dinero, tener alguna enfermedad física, ser presa del estrés de la vida cotidiana, tener mal humor, padecer algún trastorno emocional (p. ej., angustia, ansiedad, depresión), tener una comunicación financiera deficiente, sentir que la pareja rompió con las expectativas de compromiso mutuo, pequeñas facturas emocionales pendientes no resueltas, pues bueno, de eso se trata este artículo. No son tan graves para propiciar una separación, pero sí, para mostrar un cierto grado de violencia atenuada, pero inconscientemente abierta contra la persona amada. Muestra su condición de ser pareja dispareja.

Las evidencias encontradas en investigaciones

Existen evidencias que nos muestran las razones por las cuales lastimamos a las personas que amamos. No se descarga una furia incontrolable como sucede en los episodios de celotipia. Sin embargo, lo que justifica este tipo de acciones en las parejas que reciben maltrato destacan: llegar a sentir episodios de aversión, el desencanto de sentir rotas las propias expectativas con la pareja o recibir alguna sorpresa desagradable, la perdida de la ilusión inicial, cuando ya no existen eventos positivos que generen placer y novedad, el mostrar un compromiso cada vez más reducido en la relación, sentir una amenaza real o simbólica de exclusión en la diada, como lo demostró Miller (1997).

Un hecho interesante de esta paradoja se presenta en dos vías, por parte de la pareja que maltrata: si existen personas externas a la pareja, le brinda más atenciones a ellas, o pueden mostrarse atenciones positivas en presencia de familiares o extraños, únicamente cuando esos terceros están presentes.

La presencia de un trastorno físico o mental

El hecho de ser honestos, es lo que hace que las relaciones perduren. Lauryn Hill

Otra condición diferente en el maltrato de la persona que amamos, se da cuando el maltratador experimenta algún tipo de trastorno físico o mental. Por ejemplo, en el caso de experimentar como síntoma angustia al no sentirse bien, una reacción inconsciente es descargarse de forma negativa con la pareja. Es importante tener en cuenta que la angustia es un síntoma común en la ansiedad y la depresión. Por otro lado, cuando una persona enferma, siente dolor o se siente incapacitada para ser independiente y valerse por sí misma, es común en el desgaste, el maltrato a la pareja.

La reacción de las parejas angustiadas y la reacción de violencia atenuada con la pareja fue estudiada por Birchler y sus colaboradores (1975), quienes encontraron qué: experimentan menos placeres y más desagrados, y se involucran en menos aspectos positivos en las conversaciones informales y la resolución de problemas. Muy probablemente esta misma condición de maltrato atenuado se presente también con otros trastornos emocionales e incluso cuando se experimentan grandes dosis de estrés como: quedarse sin empleo, problemas económicos o tensiones diversas de la vida cotidiana.

¿Cuándo el dinero escasea, el amor se convierte en maltrato?

El maltrato atenuado por razones económicas, muy probablemente confirma el dicho de que: “cuando el dinero escasea, el amor sale por la ventana”. Existen evidencias científicas al respecto en relación a la comunicación financiera y su importancia de hablar este complejo tema: “los mensajes constructivos sobre conflictos financieros se asociaron positivamente con la armonía financiera, la satisfacción conyugal y la satisfacción con la comunicación financiera. Los mensajes de conflicto financiero destructivos, se asociaron negativamente con la armonía financiera, la satisfacción marital y la satisfacción de la comunicación financiera”. (Shebib & Cupach, 2018). En palabras simples, necesitamos hablar los temas financieros positivamente, para buscar soluciones y no crear maltratos, insatisfacciones y conflictos.

Damos por hecho, que la persona que lastimamos, por el amor que nos ha dado y la micro fractura de expectativas y de sueños, “estará ahí incondicionalmente” y por ello sentimos la confianza de llevar a cabo esta violencia atenuada. Sin embargo, si la relación llegara a un punto de inflexión y de no retorno, posteriormente las acciones positivas, que se lleguen a realizar para rescatar la relación, serán insuficientes para volver al punto mágico de inicio de la relación. Si estiramos la liga de más, puede que reviente y no tendremos forma de reparar el daño.

Un hecho que llama la atención al menos en el ámbito del consultorio, es que la pareja que lastima, aun cuando sabe que ha lastimado a su compañero o compañera, no experimenta culpa o disonancia cognitiva, pues en su autopercepción, se sigue considerando “buena persona”.

Analicemos dos interrogantes: ¿Por qué las personas no se sienten culpables cuando deberían hacerlo? ¿Cuándo alguien se da cuenta, que ha hecho daño a la persona que le importa, por qué no se siente culpable? El psicólogo social, León Festinger, ofreció una respuesta a ello, en su teoría de disonancia cognitiva: “Los seres humanos, están predispuestos a confirmar la información que confirma sus creencias y a ignorar y minimizar, la información que refuta lo que cree”. (Aguilar, 2012). En palabras simples: lastimamos a nuestra pareja a pesar de que la amamos, porque suponemos que tiene algún tipo de deuda que nos debe, y rechazamos ser malas personas a pesar de ello.

Reflexión final

Son muchos los factores que atentan contra el equilibrio en la relación de pareja. Identificarlos, permite en el aprendizaje detectar “puntos ciegos”, que en caso de no ser tratados llevará, a un desgaste paulatino y con riesgo de punto de quiebre.

El amor inicial no es suficiente, se requiere también conocimiento y estrategia. En el recorrido del ciclo de la pareja, es normal que existan obstáculos, algunos presentes antes de conformarse ésta, como los aprendizajes que vienen desde la familia de origen, pero otros se van presentando en el camino.

 

 

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