Señales que obstaculizan la separación en la relación de pareja
Señales que obstaculizan la separación en la relación de pareja
La fragilidad de los vínculos amorosos
Existen muchos motivos para iniciar una relación de pareja. Sin embargo, al menos de manera consciente, una persona no se casa o decide ir a vivir juntos con el objetivo de separarse y menos, de terminar en los juzgados con una violencia superlativa.
Cuando pensamos en una separación, algunos de los eventos más comunes que desgastan el vínculo inicial son: infidelidad, celos (Trastorno Delirante Celotípico), incompatibilidad de caracteres, la intrusión de la familia política, las diferencias en la educación de los hijos o el manejo del dinero, adicciones, la presencia de algún trastorno emocional, etcétera. El catálogo es muy extenso, sin embargo, no todas las relaciones terminan por alguna de las condiciones anteriores.
En todas las relaciones, hasta en las más conflictivas, existen puntos en común que en algún momento fueron positivos. Y, en las relaciones positivas y funcionales, también existen eventos negativos. No hay forma de garantizar que todas las relaciones llegarán a un final feliz. Tampoco en el pronóstico está escrito que las relaciones que mal empiezan, mal deberán terminar.
La actitud para resolver los problemas que tiene cada pareja nos podrá llevar a permanecer o no en la relación. Si buscamos motivos para permanecer en pareja, seguro los encontraremos y viceversa.
El sociólogo Zygmunt Bauman (2020), en su libro amor líquido señala que éste “procura desentrañar, registrar y entender esa extraña fragilidad de los vínculos humanos, el sentimiento de inseguridad que esa fragilidad inspira y los deseos conflictivos que ese sentimiento despierta, provocando el impulso de estrechar los lazos, pero manteniéndolos al mismo tiempo flojos para poder desanudarlos”. (Bauman, 2020, pp. 7-8).
Así, la separación será relativa (se separarán, pero están de alguna manera conectados y juntos) o definitiva (algunas parejas después de la separación, nunca más se volverán a ver), dependiendo del enfoque que cada pareja decida enfrentar. Un aspecto más, es el relativo al placer inmediato, si pienso en lo positivo que ha tenido mi relación, dejo de ver lo negativo y ello se conoce con el nombre de “miopía al futuro”, esto es, me quedo con lo bonito e inmediato, aunque sé que más adelante (a largo plazo) saldrá la peor versión de mi o de mi pareja, y aún así, decido quedarme, no importando si es por corto o largo tiempo.
¿Me separo o no me separo?
Tienes que aprender a dejar la mesa cuando el amor ya no se sirve. Nina Simone
La toma de decisiones esta asociada a la corteza prefrontal, zona del cerebro de donde vienen nuestros pensamientos más brillantes, así las conductas de: solidaridad, empatía y compasión, vienen de ahí. Sin embargo, “esta termina de madurar entre la segunda y la tercera década de la vida. Y tiene funciones intelectuales y cognitivas importantes, entre ellas la interacción social. La interacción social cambia nuestro cerebro” (Manes, 2022). Espero que la interacción virtual que hoy día tenemos a través de este artículo, ayude a cambiar tu cerebro, sobre todo, si estás pasando por momentos tan complejos como: quedarte o permanecer en una relación de pareja. Y si la factura emocional que estás pagando hoy es muy alta.
Elegir un producto en el mercado es más simple que tomar la decisión de vivir en pareja, pero separarse de la misma resulta también muy complejo, pues está mediada por la maduración cerebral y por múltiples emociones y escenarios repletos de incertidumbre. Muy probablemente uno de los eventos imbricados en este sentido es la activación de la amígdala cerebral, pues si la amígdala toma el control de las decisiones, hará que la corteza prefrontal se vuelva torpe. Y es en este escenario de neurociencias en donde empiezan las acciones dubitativas para enfrentar este delicado momento.
No es cuestión del azar, ni de deshojar una margarita. Es un proceso sumamente complejo. Y existen muchas condiciones para ello:
Relacionadas con el tiempo
- El tiempo estimado para tomar la decisión de dejar una relación cuando una persona está consciente que ya no se siente cómoda va “desde los 7 meses hasta los 5 años”. (Lewandowski, 2021, p. 252).
- Existen parejas qué; por una simple falta o mal entendido, terminarán separadas. Y otras más que soportarán las faltas más graves, sin separarse físicamente, hasta que la muerte les separe.
- Otras más nunca se separarán, pero vivirán separadas emocionalmente. Vivirán en divorcio psicológico.
- Si hemos vivido una relación larga será más difícil tomar la decisión, sobre todo, si en la pareja han pasado mucho tiempo juntos.
- Separarse dejará la sensación de haber tenido un tiempo perdido y a ninguno de nosotros nos gusta perder.
Relacionadas con las emociones
- Pensar en el dolor emocional que produce una separación podrá paralizar a uno o ambos miembros de la diada. Para el cerebro, es lo mismo el dolor físico que el dolor emocional. Luego entonces, imaginemos a una persona viviendo por mucho tiempo con un brazo roto, en esta metáfora, algunas personas podrían pensar materialmente en quitarse la vida, antes de dejar o ser dejado por la pareja.
- Se experimenta miedo a la soledad. Una característica muy importante de los seres humanos, es que somos relacionales y vivir en interacción social es parte de la esencia del ser humano. Estar solo, al menos en el paleolítico, era prácticamente una sentencia de muerte.
- Se experimenta el miedo a volver a estar solteros.
- Existe un miedo a la independencia: social, económica y emocional.
- Duele emocionalmente saber que nos hemos equivocado en la convivencia cotidiana.
- Creemos que todos los finales duelen y no los queremos enfrentar: Emoción de dolor anticipada y miedo anticipado. No importa si dejamos o nos dejan, de cualquier manera, se experimentará algún tipo de emoción anticipada.
- Alguno de los miembros, puede ser dependiente emocional de los hijos (cuando los hay) y de la propia pareja.
- Se retrasará la toma de decisión y alguno o ambos miembros pretenderán retener a la pareja por el temor que de el otro miembro conozca a un mejor amante.
Relacionadas con la interacción social
- Cuesta más trabajo la separación si la persona se siente sola o piensa que dejará sola a la pareja y piensa en la forma como le afectará la ruptura.
- Separarse implica contarlo a otras personas y con ello se deberá enfrentar un duelo social. Muy probablemente preguntarán por la ausencia de la pareja: amigos, familiares, conocidos o compañeros de trabajo o la escuela. Sin embargo, también la pareja pasará por un duelo individual u otro más como pareja. En total, se enfrentarán tres tipos de duelos: individual, de pareja y social, los cuales forman parte de la identidad de la diada.
- Las personas no se separan porque llegan a un par de acuerdos y genera la ilusión de un arreglo simbólico, aunque este solo dure un par de días o semanas.
- Se realiza una evaluación ambivalente de vivencias positivas y negativas que dificultan tomar la decisión de separarse. Es una conducta similar a la de un ludópata, se espera que regresen los buenos momentos o eventos de placer que en algún instante se vivieron, aunque estos correspondan al pasado y posiblemente nunca se vuelvan a repetir. Un principio de la neurociencia es que la expectativa del placer, genera placer. A las malas experiencias se les da poca importancia, en este proceso de toma de decisión.
- Implica en muchos casos la división de los hijos, los amigos y los bienes materiales.
- Creemos que nunca vamos a encontrar un amor igual al que se tiene con la pareja.
- Nos aferramos a la relación que tenemos: Más vale malo por conocido que bueno por conocer.
- Somos procrastinadores en la toma de decisiones.
- No nos damos cuenta que la realidad inicial de la pareja (enamoramiento) ya cambió y muy probablemente nunca regresará.
- Se romperán las expectativas individuales y como pareja de vivir una vida juntos y envejecer.
- Aun viviendo aparentemente separados o incluso divorciados, no se acepta la separación definitiva y se siguen realizando actividades juntos.
- Nos aferramos a querer seguir siendo amigos, para seguir monitoreando a la pareja. Ello no permite la posibilidad de conocer realmente a una nueva pareja.
No se trata de una lista exhaustiva, solo se enlistan las conductas más comunes que se viven en la actualidad.
Beneficios de la separación: no todo es negativo
En medio de la dificultad reside la oportunidad. Albert Einstein
Podría pensarse que el resultado final de la separación tiene efectos negativos, pero en su paradoja existen eventos que resultarán positivos:
- Salir de relaciones malas (abusivas, de control excesivo o tóxicas) aumenta la salud física y emocional.
- Podemos poner a prueba nuestra capacidad de crecer en la adversidad y ser resilientes.
- Separarse nos dará la posibilidad de llevar a cabo metas u objetivos pendientes: aprender a cantar, terminar una carrera, crecer en lo académico, lo laboral o lo espiritual.
- Es importante cerrar ciclos de vida y aprender de los errores del pasado.
- Podremos crear un mejor futuro y vivir con mayor calidad de vida a pesar de las adversidades.
- “La toma de decisiones humana, no es un proceso lógico ni computacional, sino que está guiado por las emociones”. (Manes, 2022). Y, si las emociones están fuera de control, es muy difícil tomar el control de la propia vida.
- Si no sabes ¿cómo hacerlo?, consulta a tu terapeuta de confianza.